Biodiversidad
Nuestro proceso de obtención de árboles de gran tamaño implica un cuidadoso enfoque en el crecimiento y desarrollo de nuestros bosques. Al finalizar el proceso de crecimiento, nuestros árboles alcanzan un diámetro a la altura del pecho (DAP) de 60 cm. Para lograr este resultado, llevamos a cabo raleos intensivos.
Comenzamos con una densidad inicial de plantación de 1,000 árboles por hectárea. A medida que los árboles crecen y se desarrollan, llevamos a cabo un proceso que reduce esta densidad paulatinamente hasta 150 árboles por hectárea a los 20 años. Esta estrategia de raleo intensivo es esencial para permitir que los árboles restantes tengan espacio, recursos y luz solar adecuados para crecer de manera óptima.
Lo que hace que nuestros bosques sean aún más especiales es la atención que prestamos al sotobosque. Nuestra baja densidad de árboles permite que se desarrolle un rico sotobosque compuesto por árboles y arbustos nativos. Esto no solo enriquece la biodiversidad de nuestros bosques, sino que también crea un ambiente propicio para la fauna nativa.
Entre las numerosas especies de árboles nativos que prosperan en nuestros bosques de Eucalyptus regnans se encuentran Lapageria rosae, Persea lingue, Peumus Boldus, Aristotelia chilensis, Aetoxicon punctatum, Cryptocaria alba, y muchas más. Estas especies nativas añaden un valor ecológico significativo a nuestros bosques y contribuyen a la preservación de la biodiversidad en la región.